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05.05.2016 — 17:44

Los inicios de la fotografía deportiva en la prensa catalana

Andrés Antebi. Observatori de la Vida Quotidiana

Josep Gaspar, Josep Brangulí y Carlos Pérez de Rozas, entre otros fotógrafos, cubriendo el combate de boxeo Uzcudun-Carnera en Montjuïc, en el 1930. Foto: Pablo Luís Torrents

Cuando, en las primeras décadas del siglo XX, la fotografía publicada en diarios y revistas comenzó a tomar el pulso a las calles y ensayó nuevos lenguajes más allá del retrato, del edificio o del paisaje, el deporte emergió como uno de sus objetos predilectos. De hecho, prensa, fotografía y deporte se retroalimentaron de manera tal que, tomados del brazo, se convirtieron en factores determinantes en el advenimiento de la nueva cultura de masas. Fue en los campos y en las pistas, en los circuitos y en las playas, donde muchos de los primeros fotoperiodistas forjaron los fundamentos de un oficio aún titubeante. Y, al mismo tiempo, las instantáneas de las competiciones y las performances de los ases o de las vedetes publicadas en los periódicos popularizaron el deporte y lo proyectaron a una dimensión hasta entonces  impensable. El espectáculo de masas estaba servido y los reporteros gráficos, cámara en ristre, fueron testimonios privilegiados y promotores del surgimiento de todo aquel nuevo universo pararreligioso desde el mismo terreno de juego.

El dinamismo inherente a la práctica deportiva y también las mejoras técnicas en los materiales utilizados por los profesionales facilitaron el salto a una fotografía mucho menos estática, en la que el movimiento de los cuerpos comenzaba a tener un peso específico. Primero con la cobertura de deportes como el boxeo o el ciclismo y a partir de la década de 1920 con la eclosión del fútbol, se puso de manifiesto una “nueva manía”, como acertó a definirla el escritor  Juli Vallmitjana.

Las primeras fotografías de deportes publicadas en la prensa datan de finales del siglo XIX y entre los medios pioneros publicados en Barcelona cabe destacar el semanario Los Deportes (1897-1910) que incorporaba grabados y fotografías –sin firmar– en la portada y ocasionalmente en alguna página interior. La revista fue fundada y dirigida por Narciso Masferrer, uno de los grandes promotores del deporte y de la prensa deportiva, a quien debemos también el nacimiento de El Mundo Deportivo (1906) o la dirección de la revista Stadium (1911-1930), donde publicaron algunos de los reporteros gráficos deportivos más destacados de los primeros tiempos, como Josep Maria Co de Triola, Frederic Juandó, Ramon Claret o Antoni Vela. Fundada por Ricard Cabot, Stadium puede ser considerado el primer magacín de deportes ilustrado editado en Catalunya. Orientado a lectores de la alta burguesía, se presentaba como una “Revista Ilustrada de Sports y Sociedad” y, además de la portada, ofrecía dieciséis páginas repletas de imágenes.

Viendo que el tema interesaba cada vez más, cabeceras de prestigio como La Ilustració Catalana a partir de 1910, con Josep Maria Sagarra, Enric Castellà o Frederic Ballell, y el cotidiano El Día Gráfico a partir de 1914, con Josep Badosa y Joaquin Soler, comenzaron a publicar fotografías de deportes en sus páginas.

Sin embargo, la aparición del semanario La Jornada Deportiva (1921-1925) supuso un salto cualitativo importantísimo. Impulsada por Josep Antoni Trabal, entre otros, la nueva publicación quería, en sus propias palabras, “resistir la comparación con Europa”, y se caracterizó por el uso de la imagen como reclamo principal. Sus portadas, con fotografías espectaculares, y sus célebres “Notas Gráficas” en el interior, que presentaban una recopilación de la jornada deportiva del domingo, con decenas de instantáneas obra de algunos de los fotógrafos más importantes del periodo, como Domínguez, Gaspar, Claret, Escuder, Colomé, Maymó, Bert, Casas o Rovira, la convirtieron en la gran referencia en los quioscos. Dicho medio ejemplificó las tendencias modernizadoras de la prensa a inicios de la década de los años veinte, tanto en lo que se refiere al contenido estilístico como al aspecto formal. Fue dirigido por Josep Torrens hasta 1923 y, a partir de ese año, se transformó en diario durante un corto periodo bajo la dirección del periodista deportivo Isidre Corbinos. 

La prensa de información general, animada por la demanda existente, se volcó en la fotografía deportiva y cuanto más espectacular mejor. Es lo que se desprende de una carta enviada por ABC a Josep Brangulí, su corresponsal en Barcelona, en diciembre de 1922: “A partir de esta fecha vamos a cuidar mucho la información gráfica de asuntos deportivos. Por lo tanto, rogamos a Vd. encarecidamente que no deje de enviarnos fotografías de esta clase siempre que tengan el suficiente interés y con la mayor urgencia posible para que no pierdan el carácter de actualidad.”

Entre los reporteros destacados durante aquellos primeros años de fotoperiodismo deportivo cabe destacar un póquer de nombres: Josep Maria Co de Triola, Josep  Gaspar, Gabriel Casas y Ramon Claret.

Co de Triola (1884-1965) fue un caso de sportman integral, pues practicó, difundió y retrató la actividad deportiva, además de participar en el incipiente asociacionismo periodístico, y fue en 1911 uno de los fundadores del Sindicat de Periodistes Esportius, entidad que presidió entre enero de 1919 y diciembre de 1926. Amante del excursionismo, la espeleología y el motor, fue corresponsal de Los Deportes, impulsor del magacín Stadium, con el que colaboró desde buen principio, y signatura habitual en La Jornada Deportiva. En cuanto a la prensa diaria, también fue redactor de deportes de La Veu de Catalunya, donde publicó diversos artículos sobre fotografía.

Josep Gaspar (1892-1970), personaje hoy semiolvidado, fue una de las primeras estrellas del reporterismo gráfico en Cataluña. Formado en la prestigiosa casa Gaumont, alternó fotografía y cine desde los inicios de su carrera. Como reportero cubrió todo tipo de acontecimientos de actualidad para diarios y revistas publicados en Barcelona y Madrid, y en el ámbito específicamente deportivo se convirtió en el fotógrafo de referencia durante los años dorados de La Jornada Deportiva. Fue autor de gran parte de las portadas del semanario y sus fotografías llegaron a comercializarse en postales y libros monográficos que utilizaban su nombre como reclamo publicitario. En los combates de boxeo, las pruebas de atletismo, los partidos de fútbol, las carreras ciclistas o la natación, su experiencia cinematográfica le ayudaba a dar siempre, moviéndose de un sitio a otro,  echándose al suelo si hacía falta, con los mejores lugares y momentos para apretar el disparador.

Gabriel Casas (1892-1973), en cambio, se convirtió en fotógrafo de deportes casi a regañadientes. Después de unos inicios profesionales llenos de dudas y en tiempo de dificultades, hizo del reportaje gráfico deportivo su modus vivendi a través de la agencia Foto-Sport, que fundó con su colega Joan Rovira en el año 1923. El tándem trabajó cubriendo la actualidad barcelonesa hasta 1930, cuando Rovira murió repentinamente. Gracias a su inmenso talento con la cámara, Casas, que colaboró con La Jornada Deportiva y L'Esport Català entre otros, impresionó algunas instantáneas inolvidables, especialmente de los partidos del Futbol Club Barcelona durante los años en que el equipo comenzó a ganar títulos, y también dejó excelentes retratos de vedetes –una de sus grandes especialidades– como el futbolista Josep Samitier o el boxeador Josep Gironés.

Ramon Claret (1887-1965), por su lado, fue uno de los maestros de sucesivas generaciones de reporteros gráficos deportivos desde la primera imagen publicada, firmada en Stadium en 1912, hasta la última, en El Mundo Deportivo, en el año 1961. Gran nadador y también practicante del remo y la vela, Claret comenzó como “negro”, sirviendo fotografías de deportes a Merletti y Brangulí, y poco a poco se fue labrando un nombre entre los profesionales del sector. En 1920 fundó una prolífica sociedad con Joan Bert, con quien cubrió todo tipo de pruebas deportivas, y también se asoció durante un par de años con Josep Gaspar, monopolizando las páginas de La Jornada Deportiva. Fue la cámara de referencia de El Mundo Deportivo, donde trabajó durante décadas.

Estos son solo algunos nombres entre los muchos posibles –Juandó, Pérez de Rozas, Mateo... – pues el deporte, en los primeros años del fotoperiodismo barcelonés, fue una auténtica escuela y un camino para ganarse la vida transitado, en un momento u otro, por buena parte de los reporteros que trabajaron en la ciudad antes de la Guerra Civil.

Andrés Antebi. Observatori de la Vida Quotidiana

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