Fotografia a Catalunya
Menú
×

Blog

18.02.2016 — 12:15

Joana Biarnés. El rostro, el instante y el lugar

Oriol Bosch Bausà. Museu d'Art Jaume Morera

John y Paul (The Beatles). 1965. Hotel Avenida Palace. Barcelona © Joana Biarnés

De un tiempo a esta parte vivimos un renovado interés por recuperar y valorar muchos de los nombres que han protagonizado la historia de la fotografía en nuestro país. Así lo demuestra la eclosión de nuevas investigaciones, publicaciones y exposiciones presentadas en los últimos años por todo el territorio, un fenómeno que, por un lado, ha permitido al gran público descubrir personalidades extraordinarias hasta hoy anónimas y, por otro, ha revelado a los especialistas que la realidad de nuestra fotografía siempre ha sido más rica y poliédrica de lo que habíamos podido imaginar. Entre las figuras recientemente rescatadas del olvido destaca, en especial, Joana Biarnés (Terrassa, 1935), pionera del fotoperiodismo en Cataluña y ejemplo paradigmático de la necesidad de seguir insistiendo en la revisión sistemática, la recuperación, la salvaguarda y la difusión de la fotografía catalana como uno de los elementos más preciados e internacionalizables de nuestro patrimonio.

El Museu d’Art Jaume Morera de Lleida presenta hasta el próximo 20 de marzo la muestra Joana Biarnés. El rostro, el instante y el lugar, la primera exposición individual dedicada a quien fuera una de las primeras fotógrafas que consiguieron profesionalizarse como fotógrafas de prensa en el Estado. Comisariada por los profesores de la Universidad Complutense de Madrid Mónica Carabias y Francisco José García Ramos sobre una selección del fotógrafo Cristóbal Castro, y producida por el Ayuntamiento de Terrassa, la exposición se pudo ver por primera vez en la Sala Muncunill de la ciudad del Vallès Occidental en otoño de 2014, pocos meses después de que la Generalitat de Cataluña otorgara la Creu de Sant Jordi a la fotógrafa egarense en reconocimiento de su trayectoria. Sin embargo, no se trata de una exposición retrospectiva, sino de una muestra centrada en su trabajo como reportera gráfica durante las décadas de los años sesenta y setenta. En concreto, se trata de una recopilación de setenta fotografías en blanco y negro positivadas para la ocasión a partir de los negativos originales de la autora; la mayoría fueron publicadas en la prensa de la época, como en el semanario ¿Por Qué? o en las revistas Ondas y Semana o, fundamentalmente, en los diarios editados en Madrid Pueblo y ABC, publicaciones de ámbito estatal en las que trabajó Biarnés. 

La exposición es un conjunto que ofrece al visitante la oportunidad de efectuar una doble lectura profundamente sugestiva. En primer lugar, nos permite adentrarnos en el testimonio personal de la fotógrafa –una figura de un carácter vital y tenaz aún hoy intacto– que nos habla de alguien capaz de superar los obstáculos y los estereotipos impuestos por la cultura patriarcal del franquismo que relegaba a las mujeres al ámbito doméstico y les vetaba el acceso a sectores profesionales tradicionalmente dominados por hombres. Joana Biarnés fue, en efecto, una de las primeras mujeres en abrirse paso en un mundo de hombres. Aunque estudió en la Escuela de Periodismo, se introdujo en el mundo de la fotografía gracias a su padre, Joan Biarnés, corresponsal gráfico de diversos diarios deportivos y con quien Joana comenzó a trabajar durante los años cincuenta. La constancia y la lucha contra toda clase de dificultades –como cuando un árbitro paró un partido de fútbol entre el Barça y el Español por el mero hecho de que ella se encontrara en el campo ejerciendo su trabajo de periodista deportiva– permitieron a Biarnés independizarse y levantar su propia trayectoria profesional, carrera que se extendió a lo largo de treinta y cinco años durante los que trabajó como reportera gráfica en diarios –principalmente en la redacción del diario Pueblo (1963-1972)– y agencias, exhibiendo un estilo personal y una polivalencia de registros que abarca ámbitos tan diversos, además del deportivo, como el reportaje social, la fotografía de sociedad, el mundo del cine, la música o la moda. En 1975, junto con su marido, el también periodista Jean Michel Bamberger, fundó la agencia Sincro Press y, a pesar de los años de trabajo ininterrumpido, una década más tarde decidió retirarse del reportaje gráfico por el malestar que le provocaba el estilo amarillento que había teñido entonces la profesión. Después de abrir el reputado restaurante Ca Na Joana en Eivissa y de regentarlo durante veinte años, y después de tres décadas apartada de la fotografía, se empezó a recuperar públicamente su figura gracias a diversas iniciativas, como la interesante muestra que nos ocupa o el imprescindible documental Joana Biarnés, una entre tots (2015), de Òscar Moreno y Jordi Rovira, realizado gracias a un proyecto de micromecenazgo, en el que la protagonista ofrece su testimonio en primera persona.

Pero más allá de este valioso testimonio, paralelamente podemos leer la obra de la fotógrafa. En este caso, una selección de imágenes que se nos presenta no solo como el espejo de una época determinada que se manifiesta a partir de un variado catálogo de personajes y situaciones protagonistas de la vida pública española durante las décadas del desarrollismo franquista, sino como un ejemplo del estilo personal de Biarnés, caracterizado por un enfoque cercano y sensible a la realidad de los sujetos representados. En este sentido, predomina en la exposición el género del retrato practicado siempre, en su caso, desde una intimidad y una complicidad sorprendentes que otorgan a sus fotografías un grado inédito de emotividad y sinceridad. Prueba de ello son, por ejemplo, el célebre reportaje en exclusiva sobre la estancia de los Beatles en Barcelona o bien las series de retratos de grandes personalidades del mundo de la cultura y del espectáculo presentes en la muestra. De hecho, en cierto modo cada fotografía revela una pequeña parte de la extrovertida y afable personalidad de la fotógrafa, una persona que cautiva tanto o más que su fotografía siempre que alguien tiene la oportunidad de conocerla por vez primera. Quizá sea este reconocimiento a su singularidad lo que la sitúa como autora de uno de los trabajos más destacados del fotoperiodismo de la época, junto a la obra de Pilar Aymerich y de Colita, esta última pionera también de la difusión de la obra de Biarnés al incluirla en la exposición Fotógrafas pioneras en Cataluña que comisarió con Mary Nash en 2005 en el Palau Robert. Es por esta razón, entonces, que hay que reivindicar la figura de Joana Biarnés, así como al resto de fotógrafas que, antes y después, desde su experiencia, su creatividad y su subjetividad personal, se presentan como referentes y testimonios imprescindibles de nuestra memoria y de nuestra identidad colectiva, que debemos rescatar del olvido y difundir en tanto que parte ineludible de nuestro patrimonio. El hecho de que esta sea todavía hoy una asignatura pendiente no es más que un estímulo para poner manos a la obra y seguir trabajando lo antes posible.

Oriol Bosch Bausà

Museu d’Art Jaume Morera

LEER MÁS ARTÍCULOS

Anterior
Siguiente