Retrato del boxeador Josep Gironès. Foto Carrera. Archivo de la família Carreras i Mira
¡ATENCIÓN!
Todos los boxeadores que se retratan en la Fotografía Carrera, Conde del Asalto, 78, se les publicará gratis su fotografía en esta Revista.
(Boxeo, 31 de enero de 1928, p. 12)
Publicada en la revista Boxeo, la reseña pone de manifiesto la estrecha vinculación profesional entre el fotógrafo Ricard Carreras Casablancas (Sabadell, 1895-Barcelona, 1975) y una de las cabeceras de prensa deportiva monotemática más relevante de aquella época. Ricard Carreras fue uno de los fotógrafos retratistas más activos en dos de los semanarios especializados en boxeo editados en Barcelona, Boxeo y Boxing. Pero, ¿qué sabemos de él? ¿Y de sus retratos del cuadrilátero?
La investigación y el seguimiento de la vida profesional del fotógrafo fue compleja. El hecho de que modificara su apellido para darse a conocer, nos hizo dudar inicialmente sobre si se trataba de él o de otra persona. Las fuentes consultadas, como registros mercantiles, libros de Matrícula Municipal o anuarios de las ciudades donde ejerció aclararon la duda. Es muy posible que optara por llamarse «Carrera» para distinguirse del también fotógrafo Gabriel Carreras Barceló, que en aquella misma época ejercía de retratista y vendedor de material fotográfico en Terrassa.
Ricard Carreras nació en Sabadell pero sus orígenes fotográficos están vinculados al Centro Excursionista de Terrassa: como a muchos otros aficionados, la sección de fotografía de ese centro le sirvió para instruirse y darse a conocer, y le permitió poder participar en concursos y exposiciones que le darían prestigio y confianza para profesionalizarse. En 1914, con 19 años, abrió su primer estudio, el Gran Taller Fotográfico de Ricart Carrera, en el número 4 de la calle Sant Pere, de Terrassa. Aunque era de Sabadell, estuvo muy vinculado a Terrassa por el hecho de haber fundado el Gremio de Artistas, junto con el fotógrafo Joan Rusca Avellaneda.
A diferencia de los otros estudios que regentó (Barcelona, Sabadell y Ripoll), en ese primer establecimiento de Terrassa, no solo se dedicó al retrato de estudio, como lo testimonia la siguiente foto postal de un club de fútbol de Terrassa.
Anverso de la foto postal de un club de fútbol de Terrassa, 1914. Foto Ricard Carreras. Colección de Núria Martinez Seguer.
Desde 1917, Ricard Carreras consolidó su reputación profesional gracias al prestigio ganado con los numerosos premios y reconocimientos, que anunciaba en muchas de sus foto postales de principios de los años veinte: Recompensas obtenidas: Bélgica 1917: Medalla y diploma. –Terrassa 1918: Premio Cassino Comerç. –Sabadell 1921: Medalla de Oro. –Barcelona 1922: Segundo premio de los jardines Parc Monjuich.
En 1923, abrió su primer estudio en Barcelona —aunque siguió manteniendo el de Sabadell—, en el número 71 de la calle Nou de la Rambla (antiguamente calle Conde del Asalto). Estratega y con sentido empresarial, ubicó su negocio en una de las calles donde antiguamente ya se habían establecido negocios fotográficos, como el estudio Otnac o American Alograff. Además, había una razón importante para hacerlo: era un eje comercial y tenía a su alrededor clientes potenciales: gimnasios, ateneos e incluso la sede del Barcelona Boxing Club.
De ese periodo, son característicos la marca de papel fotográfico que utilizó, la técnica de máscaras y enmascarados, así como el sello del estudio.
Foto postal del boxeador Juan Sabate. Foto Carrera, Conde del Asalto 78. Colección de Núria Martinez Seguer
Ante la popularidad del estudio y en pleno periodo de prosperidad, en 1927, Ricard Carreras se trasladó al número 78 de la misma calle. Según comentó su nuera Mercè Mira Boronat, ese nuevo estudio a pie de calle, gozaba de una visibilidad excelente. De la fachada sobresalía el escaparate donde se exponían las imágenes más logradas del estudio. A la entrada, se encontraba un mostrador donde la mujer de Ricard Carreras atendía los pedidos, entre paredes llenas de retratos. El interior conducía a las diferentes secciones: el despacho de Carreras, el laboratorio o la escalera hacia los platós. Aquí, Ricard Carreras conoció años fructíferos: entre la segunda mitad de los años veinte y principios de los treinta vivió su periodo más álgido y popular en relación con la imagen pugilística, que se convirtió en su especialidad, paralelamente a los retratos del mundo del espectáculo. Ya desde 1923 fotografiaba púgiles tanto profesionales como aficionados.
Los estudios fotográficos más populares dentro del mundo pugilístico de Barcelona se anunciaban en la prensa especializada. Entre esos semanarios, destacan especialmente Boxeo (1924-1936), Boxing (1928) y Box (1929-1930), por la información que generaron, por la inmediatez de las crónicas, por las muchas ilustraciones que acompañaban sus páginas y por la participación de colaboradores de renombre en el mundo del boxeo. Los fotógrafos retratistas, como Joan Vilaseca Serra, Francesc Amer o el propio Ricard Carreras, veían a los lectores de aquella prensa especializada (boxeadores, mánager, seguidores) como futuros clientes.
Aunque otros retratistas como Francesc Amer y el estudio de Fotografía Laurgraff también se anunciaban en Boxeo y Boxing, los recursos comerciales utilizados por Ricard Carreras eran más directos. En la edición número 144 de Boxeo, se evidencia la estrategia publicitaria que utilizó el estudio de Carreras: ¡Boxeadores!/Se os insertará gratis vuestra fotografía en la Revista, si os retratáis en la Fotografía Carrera/Conde del Asalto, 78.
En los años de cooperación con las revistas Boxeo y Boxing, el estudio fotográfico Carrera tenía un gran volumen de trabajo, por lo que fue necesario ampliar el personal con fotógrafos y aprendices de fotografía, tal como muestran anuncios encontrados en La Vanguardia:
FOTÓGRAFO
falta un excelente tirador
y un aprendiz de Fotografía.
Carrera. C. Asalto, 78
La Vanguardia (27 de septiembre de 1928, p. 33)
Durante ese periodo, la vinculación profesional de Ricard Carreras con la prensa deportiva especializada, fue muy estrecha, hasta el punto de colaborar en la sección de redacción.
Muchos fotógrafos de principios de siglo veinte eran profesionales formados en los grandes estudios fotográficos de los maestros retratistas, de origen y talante ochocentista. El concepto heredado de maestro/aprendiz/discípulo se mantenía vigente en muchos de los estudios de retratistas de novecientos, y por lo tanto también en Ricard Carreras. En su estudio, se formaron futuros fotógrafos, como su hijo Ricard Carreras Soldevila y otros familiares, y también muchos de los aprendices que allí trabajaron, por ejemplo Amalarico Román Martínez que años más tarde abriría su propio estudio fotográfico, Foto Román, en la misma calle.
En el programa oficial del combate de boxeo entre Paulino Uzcudun y Max Schmeling, de 1934, encontramos publicados dos retratos del boxeador catalán Josep Gironès, realizados por Ricard Carreras. Este retrato de cuerpo entero de Gironès, fue una de las imágenes de Ricard Carreras más reproducidas en las revistas y diarios deportivos de la época, como El Mundo Deportivo. Incluso lo encontramos reproducido en la colección de cromos Los ases del boxeo en España.
Las dos fotografías de Gironès dentro del programa serán utilizadas con diferente finalidad: mientras uno de los retratos ilustra un apartado informativo, el otro anuncia la bebida energética Sport Drink, que proclama ser «una bebida excelente para los deportistas y especialmente para los boxeadores da energía y vigor».
Hemos localizado la imagen Sport Drink en el archivo familiar Carreras i Mira, lo que nos ha permitido asignarle la autoría.
Ricard Carreras fue una persona emprendedora, abierta a nuevos mercados y a la investigación de nuevas estrategias que pudieran favorecer el negocio ante la gran competencia comercial que vivía la ciudad. Además de dirigir sus estudios fotográficos, publicó sus retratos en las revistas ilustradas e incluso se introdujo en el campo publicitario.
Tal como nos comentaba Mercè Mira, Carreras era «todo un señor», de imagen impecable y solo con su presencia despertaba gran respeto. Era representativa de su carácter su actitud seria y decidida. Mira todavía recuerda cómo disfrutaba paseando con su elegante Ford por las calles de Barcelona.
Ricard Carreras murió en 1975 y, al cabo de diecisiete años, la planificación urbanística de la Barcelona Olímpica aceleró el cierre del negocio.
Sus retratos de boxeadores, retratos «fuera de tiempo», constituyen el testimonio de una época memorable e irrepetible del boxeo catalán.
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