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05.04.2016 — 11:53

Pere Català i Pic, reivindicación de un maestro olvidado

Daniel Venteo (historiador) i Pablo Giori (autor)

Pere Català i Pic. Fotografia, publicitat, avantguarda i literatura, 1889-1971. Portada @Arxiu Pere Català

Pere Català i Pic es uno de los nombres propios indiscutibles de la historia de la fotografía en Cataluña. Fue una de las personalidades creativas más interesantes del periodo de entreguerras y, lo que era menos conocido hasta ahora, también del franquismo. Fue el autor de uno de los carteles más celebres de la Guerra Civil, Aixafem el feixisme (“Aplastemos el fascismo”), aunque su contribución al mundo de la fotografía, la publicidad y la cultura catalana fue mucho más ambiciosa, como muestra ahora por primera vez la biografía Pere Català i Pic. Fotografia, publicitat, avantguarda i literatura, 1889-1971, publicada por Rafael Dalmau Editor.

Fallecido en 1971, la recuperación de la figura y la obra de Català i Pic había comenzado tímidamente en el año 1977, en plena transición política, en la exposición sobre carteles de la República y la Guerra Civil organizada por el Palau de la Virreina y la Fundació Miró que posteriormente, en otoño de 1978, viajaría al Centro Cultural de la Villa de Madrid. Los carteles de Català i Pic creados para el Comisariado de Propaganda de la Generalitat republicana ocuparon un lugar destacado e iniciaron el despertar del interés por sus demás trabajos. Con posterioridad, otras instituciones le dedicaron pequeñas muestras y homenajes, como el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya en Barcelona (1981), el Centre d’Estudis Catalans de París (1982), el Museu d’Art Modern de Tarragona (1988) o el Centre d'Art Santa Mònica (1996). La primera muestra monográfica relevante fue la comisariada por Pilar Parcerisas en verano de 1998 en el Museu de Valls, Pere Català i Pic. Fotografia i publicitat, que posteriormente también se pudo visitar en Granollers y Barcelona gracias a la Fundació la Caixa. Sin embargo, desde entonces pocas han sido las nuevas aportaciones sobre él, con la excepción de las de Jep Martí, historiador de la fotografía y archivero municipal de Valls.

Retrato: Pere Català Pic por Pere Català Roca @Arxiu Pere Català  

La biografía que ahora se presenta es el resultado de más de dos años de investigación tanto en las instituciones históricas vinculadas a la figura de Català i Pic como, sobre todo, en su archivo familiar privado. Sus valiosos fondos se conservan  aún hoy en el estudio fotográfico PIC de la calle del Pi de Barcelona y los integran unas cuarenta mil fotografías originales, tanto de Català i Pic como de su hijo Pere Català Roca, y diez mil documentos textuales de gran importancia, como correspondencia, dietarios y buena parte de los inventarios de las placas y negativos realizados desde la década de 1910 hasta los años setenta. En 2015 se celebró el centenario de sus inicios fotográficos, un 26 de mayo de 1915 en Valls; cien años después podremos disfrutar por primera vez de una mirada integral al personaje y a su fotografía. 

La obra de Català i Pic está inseparablemente vinculada a conceptos tales como la modernidad, la democratización del conocimiento, el buen gusto e incluso la felicidad. Así hacía hablar el fotógrafo en uno de sus textos literarios inéditos, La Herencia (1939), a uno de sus alter ego, el personaje autobiográfico Braulio: la misión de un fotógrafo era, lisa y llanamente, "proporcionar momentos de felicidad". Esa voluntad de incidir sobre la sociedad a través del goce estético, para Català era inseparable de su voluntad pedagógica y civilizadora. Su proyecto era democratizar la fotografía para convertirla en una herramienta de ocio y, al mismo tiempo, de educación, como ponen en evidencia los ambiciosos concursos y las clases que organizó en Valls durante la década de 1920.

El Retocador, Gràfiques Cantín @Arxiu Pere Català

Català i Pic, que en el año 1925, en plena dictadura de Primo de Rivera, trabajaba para la revitalización urbana de Valls desde el mundo de la cultura, no puede ser considerado únicamente como fotógrafo, sino que debe ser entendido como una persona destacada activamente en el progreso económico y cultural del lugar donde vivía –en aquellos momentos su población natal–, totalmente comprometida con su realidad y con su necesaria modernización. En 1926 Català había sido uno de los puntales de la creación de una nueva entidad local, los Amics de les Belles Coses, que en su manifiesto proclamaba que "entre todos podemos llevar a cabo la celebración de concursos, exposiciones, conferencias, veladas musicales, actos humorísticos de buen gusto, funciones teatrales, tertulias literarias", etc. Buena parte de dichos valores también se hallarán presentes, una década después, en la creación del Comisariado de Propaganda, del que Català i Pic fue una pieza clave.

El interés de Català i Pic por el mundo de la cultura, en un sentido muy amplio, era innato. Le apasionaba la pintura, tanto desde el punto de vista de su historia como desde su creador, y también la música, el cine, la literatura, la prensa, la publicidad y, obviamente, la fotografía. Era, en definitiva, un activista cultural precoz que en el año 1931 dio el salto de Valls a Barcelona, pasando a finales de 1928 por París, estadía fundamental en su trayectoria creativa. Català había viajado a la capital francesa para conocer mejor la pintura vanguardista, pero en su lugar encontró y adoptó la nueva fotografía experimental internacional como sinónimo de modernidad, decidiendo su paso definitivo de retratista a artista fotógrafo. 

Por aquellas mismas fechas de septiembre de 1928 también se encontraba en París, exilado, otro activista cultural y político catalán: el periodista figuerense Jaume "Met" Miravitlles. Sus personalidades no se parecían en nada y, por lo que parece, es probable que no llegaran a conocerse personalmente, aunque ambos frecuentaban los mismos cafés en los que solían reunirse los españoles que huían de la España de Primo de Rivera y a los que acudía también su amigo común Pere Mialet. En París, Català tuvo que experimentar, sin duda, cierta incomodidad ante la vida bohemia y moralmente controvertida de muchos de sus compatriotas, como era el caso del mismo Miravitlles. 

Català intentó contactar en diversas ocasiones con Picasso, siempre sin éxito, para explorar "las posibilidades de la fotografía dentro del terreno vanguardista". Según sus propias palabras, exhumadas de los cuadernos de viaje conservados en el archivo familiar, fue determinante el encuentro con el italiano Egidio Scaioni, corresponsal de la revista barcelonesa El Progreso Fotográfico. En una de las páginas de dichos cuadernos de Català aparece una anotación hoy imprescindible para comprender la trascendencia del momento vital en que se encontraba: "El trabajo de Scaioni es un trabajo muy cerebral y muy moderno [...]. Salí muy impresionado y decidí dedicarme a un trabajo de orientaciones modernas, convencido de las grandes posibilidades de la fotografía para llegar no solo al cubismo sino incluso a invadir el terreno futurista y hasta superrealista", afirmaba. Es también gracias a las publicaciones parisinas como Art Vivant que, en marzo de 1929, Català conoce la obra de Jean Gallotti y, especialmente, su influyente artículo La photographie est-elle un art?, ilustrado con unas fotografías de vanguardia fascinantes que recuerdan las que el propio fotógrafo catalán hará poco tiempo después.

A su regreso Català apostará decididamente por el fotomontaje, por la psicología y por el uso desacomplejado de la fotografía en el ámbito publicitario. Lo hizo mediante la exploración práctica, investigando cuidadosamente cómo los anuncios obtenían más visualizaciones en confrontación con las perspectivas foráneas que representaba, por ejemplo, Alexandre Chleusebairgue, director del Seminari de Publicitat del Institut Psicotècnic de la Generalitat. Después del estallido de la Guerra Civil, llegó la creación del Comisariado de Propaganda, dirigido por Miravitlles, con la edición de centenares de carteles y libros y, a partir de 1939, el exilio interior. En aquellos meses encerrado en su casa –“de vacaciones obligadas” según sus propias palabras–, recuperó una afición de su infancia: volvió a la literatura y a la escritura, a reflexionar sobre su realidad. Poco a poco fueron volviendo las peñas literarias y Català i Pic formó parte de las más importantes, mientras paralelamente impulsaba una potente empresa de publicidad junto con sus hijos Francesc y Pere, sobre cuya obra ejerció una decisiva influencia hasta ahora desconocida. Vivió la modernización de Cataluña del primer franquismo y colaboró en ella con las ferias de muestras, al mismo tiempo sacando adelante una familia y disfrutando de su oficio y de su pasión por la literatura.

La biografía de Pere Català i Pic no pretende ser definitiva, no se cierra en sí misma, sino que posibilita nuevas y numerosas líneas de investigación sobre la dimensión profesional de la práctica fotográfica y, por extensión, sobre la fotografía, la publicidad y la práctica de los intelectuales catalanes en general de antes y de después de la Guerra Civil. Con esta investigación se abren más preguntas que respuestas, al mismo tiempo que se empieza a reconocer a Català, de forma bien documentada, la relevancia que le corresponde dentro de la historia de la fotografía y la cultura en Catalunya. En este sentido, la difusión de la obra fotográfica de la familia Català ha sido desigual. La brillante obra de Francesc Català Roca, conservada en el Arxiu Històric del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya, ha gozado de una espléndida difusión, no solo entre los especialistas sino también entre el gran público. Prácticamente desconocida es, en cambio, la obra de su hermano Pere Català Roca, íntegramente conservada en el archivo familiar. Del padre de este linaje, Pere Català i Pic, se conocen bastante bien diez o veinte fotografías; el resto de su obra, más de veinte mil, aún está a la espera de que llegue su momento. 

Esta biografía pone en evidencia para todos los amantes de la historia de la fotografía catalana, en definitiva, la necesidad de seguir profundizando en el reconocimiento de la vida y la obra de Català i Pic ahora más que nunca, con nuevas iniciativas como la gran exposición retrospectiva que se merece y que hasta el presente las instituciones le han negado. Este año se conmemoran cuarenta y cinco años de su muerte y consideramos que es un buen momento para empezar a corregir tal situación.

Daniel Venteo (historiador) y Pablo Giori (autor)

Descubre nuestra galería de fotografías de Pere Català i Pic haciendo clic aquí  

Presentación del libro Pere Català i Pic. Fotografia, publicitat, avantguarda i literatura, 1889-1971:

23 de abril, fiesta de Sant Jordi: firma del libro por su autor, Pablo Giori, tenderete de la editorial Rafael Dalmau en la Rambla, delante del Liceu.

10 de mayo: presentación oficial del libro en el Col·legi d'Arquitectes de Catalunya (plaza Nova 5, sala de actos, Barcelona), 19:30 horas. A cargo de Josep Martí (director del Arxiu Municipal de Valls), Pablo Giori (autor) y Rafael Català i Dalmau (editor y nieto de Pere Català Pic).

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