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28.08.2017 — 11:42

El primer fotógrafo catalán de la historia y la primera fotografía hecha en Cataluña

Jep Martí Baiget

Recreación del primero daguerrotipo hecho en Barcelona por Ramon Alabern. Fotografía: mNACTEC. (c) mNACTEC

Cuando, a principios de 1839, el científico rosellonés Francesc Aragó presentó en París el gran invento de Daguerre, la historia nos explica1 que, por motivos muy diversos –políticos, científicos, de estudio, etcétera–, un numeroso grupo de catalanes, fascinados por la modernidad, hacían vida en la capital francesa. Algunos de ellos no pudieron resistir la atracción por la daguerrotipia y se vieron atrapados por aquella nueva manera de representar la realidad. Desde aquel momento, participaron activamente, y con mayor o menor mesura, en la divulgación del daguerrotipo en Cataluña y en el Estado español.

Aunque los nombres de los principales artífices de la llegada del daguerrotipo a Cataluña son el médico y periodista Pere Felip Monlau i Roca (Barcelona, 1808-Madrid, 1871) y el grabador al acero Ramon Alabern i Moles (Begues, 1811-Madrid, 1888), no podemos dejar de mencionar, en un acto de justicia, al médico Joaquim Hysern i Molleras (Banyoles, 1804-Madrid, 1883), que intervino en una de las primeras traducciones del manual de Daguerre2 y fue quien envió de París a Madrid la cámara daguerrotípica a Joan M. Pou i Camps, Josep Camps i Camps, y Marià de la Pau Graells, todos ellos miembros de la Reial Acadèmia de Ciències de Barcelona, con la que hicieron el primer daguerrotipo en la Corte el 18 de noviembre de 1839; al médico y político Pere Mata i Fontanet (Reus, 1811-1877), exilado desde 1838 en la capital gala y autor de una de las primeras traducciones del manual de Daguerre3,al farmacéutico y periodista Josep Oriol Ronquillo i Vidal (Barcelona, 1806-1876), también exilado en Francia desde 1838, amigo personal de Monlau y autor de una traducción poco conocida del procedimiento de Daguerre incluida en el tercer volumen de Secretos novísimos de Artes y Oficios, en el que también encontramos un largo artículo dedicado al procedimiento de Talbot4 y la traducción del documento presentado por este a la Royal Society londinense en febrero de 1839, en el que se explican los pasos a seguir para la preparación del papel fotogénico y para la fijación permanente del dibujo.

Cámara Giroux de la Real Academia de las Ciencias y las Artes de Barcelona con objetivo de Verres Combinés. Fotografía: Arxiu Fotogràfic de Barcelona (c) AFB

Pero centrémonos en el protagonista de la historia que nos ocupa, que no es otro que Ramon Alabern i Moles, el primer fotógrafo catalán de la historia. Él es quien realizó los primeros daguerrotipos en Barcelona, en Cataluña y en el Estado español la mañana del día 10 de noviembre de 1839 en el Pla de Palau de Barcelona.

Retrocedamos once meses y situémonos en París el 7 de enero de 1839, día en el que el científico y político republicano Francesc Aragó, anunció en la Académie des sciences un procedimiento que permitiría reproducir mecánicamente las imágenes que se forman en la cámara oscura con una sorprendente nitidez en los detalles. La extraordinaria noticia se propagó como el fuego en la pólvora y desencadenó lo que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una fabulosa evolución de la historia contemporánea. La prensa de Barcelona se hizo eco de la noticia el mismo mes de enero. Pere Felip Monlau, exilado en París, con la curiosidad innata del científico se interesó inmediatamente por el nuevo invento. A mediados del mes de marzo envió a Barcelona su primera memoria sobre el daguerrotipo. En la tercera semana de junio enviará su segundo informe a la Acadèmia de Ciències de Barcelona.

En agosto Aragó explica el procedimiento del daguerrotipo en las academias de ciencias y bellas artes de París. Es entonces que Monlau comienza a preparar su regreso del exilio. Desembarcará en el puerto de Barcelona el día 2 de septiembre. A partir de aquí los hechos se precipitan. La Acadèmia de Ciències de Barcelona celebra una Junta General Literaria el día 6 de noviembre, una sesión que resultó transcendental e histórica. Allí se escuchan los argumentos de Monlau, y este les muestra una plancha de cobre plateada con la imagen de la plaza de la Madeleine que Ramon Alabern había impresionado en París. Se decide la compra de la cámara de hacer daguerrotipos que Alabern acababa de llevar a Barcelona desde París. Se trataba de una cámara Giroux, comercializada en París en agosto de 1839 y que actualmente se conserva en la Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona. El día 8 de noviembre tres comisionados por la Acadèmia, Monlau, Roura i Mer, hacen efectiva la compra de la cámara a Alabern. Aquel mismo día el diario El Constitucional (que dirigía Monlau) explicó que Alabern había recibido en París, del propio Daguerre, las necesarias lecciones prácticas para hacer funcionar el aparato.

Se distribuye en Barcelona una hoja volante que anuncia el programa para el día 10 de noviembre de 1839 en la plaza de la Constitució, el actual Pla de Palau. El ensayo público del daguerrotipo verificado ese día se hizo con una gran minuciosidad aun cuando el tiempo, ventoso  y  nublado, no acompañaba mucho. La hoja explicaba que “la primera vista que se va a obtener abrazará el edificio de la Lonja y la hermosa manzana de Casa Xifré”. La comitiva científica y el aparato daguerrotípico se situaron en una pequeña azotea, que todavía existe, en la esquina de la calle General Castaños con el Pla de Palau. Hacia la una menos cuarto se colocó la plancha en la cámara y se la expuso a la acción de la luz durante unos veinte minutos. La prueba realizada por Ramon Alabern en el Pla de Palau de Barcelona fue un éxito rotundo. Aquel primer daguerrotipo fue sorteado el día 14 de noviembre entre los ciento tres boletos que se vendieron para sortearlo y cubrir el coste del acto, y se le perdió la pista en el mismo momento en que el agraciado pasó a recoger el premio por la portería de la Acadèmia de Ciències. Está desaparecido desde entonces.

El día 17 de noviembre Ramon Alabern hizo una nueva prueba con el daguerrotipo, esa vez desde el balcón del edificio de la Acadèmia de Ciències Naturals, en la Rambla, con el objetivo apuntando al Palacio Moja y a la casa Rocafort, en la embocadura de la calle de la Portaferrisa. Al día siguiente, Alabern impresionó dos daguerrotipos más: uno del edificio de la Aduana en el Pla de Palau hecho desde la Casa Xifré, y otro de la Casa Xifré hecho desde el desaparecido convento de San Sebastián, situado donde está actualmente la plaza de Antonio López. No tenemos constancia documental de que Ramon Alabern i Moles hubiera hecho ningún otro daguerrotipo, aunque seguramente siguió ensayando con la cámara que se había traído de París.

La Acadèmia de Ciències Naturals de Barcelona encargó a Ramon Alabern un curso para la enseñanza del funcionamiento del daguerrotipo que se impartió a partir del día 20 de noviembre y al que, según el registro de matrículas que se conserva en el archivo de la Acadèmia, se inscribieron siete personas. Parece una obviedad pensar que en las prácticas de aquel curso se debieron de impresionar algunas placas, aunque ninguna haya llegado hasta nuestros días. Años más tarde Ramon Alabern solicitó a la Acadèmia un certificado del curso “donde enseñó gratis a un gran número de artistas y de aficionados”, lo que nos lleva a pensar que quizá fuera más numeroso de lo que consta en el registro oficial.

En los años posteriores a 1839 se relacionó el nombre de Ramon Alabern con los daguerrotipos que se utilizaron para hacer los grabados al acero publicados en el volumen “Cataluña” de la obra España. Obra pintoresca en láminas, ya sacadas con el daguerrotipo, ya dibujadas del natural, grabadas en acero y en boj. Algunos de estos daguerrotipos han sido atribuidos a Ramon Alabern, pero no tenemos constancia de quién los impresionó. Podría haber sido Alabern, ciertamente, pero también cualquier otro daguerrotipista que a día de hoy permanece en el anonimato. Respecto al grabado incluido en dicha obra, en el que se ven el edificio de la Llotja y el paseo de Isabel II y que con frecuencia se identifica con el primer daguerrotipo realizado en Barcelona, hay que decir claramente que, aunque el escenario sea el mismo, no está hecho desde el mismo punto de vista. El grabado de esta vista, realizado por Antoni Roca, está basado en otro daguerrotipo, no en el primero hecho por Alabern.

Es evidente que el epígrafe profesional al que mejor responde Ramon Alabern i Moles es el de grabador y, más concretamente, el de grabador al acero, profesión que ejerció a lo largo de toda su vida. Aún así, no podemos dejar de citarlo también como geógrafo por lo que se deriva de su especialización en el grabado cartográfico, cuyo estudio le había llevado a París en 1839. El mismo Ramon Alabern escribía en 1866: “Llevo treinta años grabando obras geográficas”5;  y si a esta declaración añadimos que diez años más tarde, en 1876, su nombre aparecería en la relación de los socios fundadores de la Sociedad Geográfica de Madrid, en el primer número del boletín de dicha sociedad, no debe sorprendernos que en 1923, treinta y cinco  años después de su muerte, el boletín de la Real Sociedad Geográfica, continuadora de la anterior, dedicara a nuestro fotógrafo un artículo con el título “El geógrafo D. Ramon Alabern” que comienza con estas frases: “No figura entre los geógrafos y cartógrafos españoles uno que viviendo en el siglo pasado dio pruebas de sus especiales y extraordinarias dotes de cartógrafo; éste fue D. Ramón Alabern y Moles”6, relacionando a continuación sus principales obras como cartógrafo.

Jep Martí Baiget

 

1 Véase María de los Santos Garcia Felguera i Jep Martí Baiget, “Barcelona i la daguerreotípia”, en El daguerreotip. L’inici de la fotografia, Barcelona, Ajuntament de Barcelona 2014, págs. 19-80. Jep Martí Baiget, “La recepció de la daguerreotípia i la fotografia en paper pels científics de la Reial Acadèmia de Ciències Naturals i Arts de Barcelona (1839-1860)”, en el blog: https://lalbumdeljep.wordpress.com/

Exposición histórica y descripción del procedimiento del daguerrotipo … y del diorama, por Daguerre… Con siete láminas por D. Joaquín Hysern y Molleras… Publicada por el doctor Don Juan María Pou y Camps. Madrid: Imprenta de D. Ignacio Boix, 1839.

Historia y descripción de los procederes del daguerrotipo y diorama, por Daguerre… Traducido al castellano por Pedro Mata. Barcelona: Juan Francisco Piferrer, impresor. 1839.

4 “Arte del dibujo fotojénico”, en Secretos novísimos de Artes y Oficios… por Don José Oriol Ronquillo. Barcelona: Impremta de Manuel Sauri, 1841.

5 Ramon ALABERN. 1866. Geografía Elemental. Nuevo método para uso de las escuelas de Instrucción Primaria. Madrid: Imprenta de Manuel Minuesa. La primera obra que nos consta con grabados cartográficos firmados por Ramon Alabern es la Colección de mapas geográficos antiguos y modernos del acreditado Tardieu publicado por los redactores del Diccionario Geográfico Universal en el año de 1835. Barcelona: Impremta i Llibreria de Josep Torner [1835].

6 A.B. “El geógrafo D. Ramón Alabern”, en Revista de Geografía Colonial y Mercantil. Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 1923, vol. XX, pág. 235-236.

 

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